Poema y cuento
"La redonda"
De largo andar
disfruta del correr y caminar.
Tersa, blanca y sedosa piel
la redonda conquista a todos
y sabe que es su deber.
El cartujo color del césped comienza a cobrar por el conjunto.
De un lado gritos de clamor y del otro júbilo.
Urgían por verla romper la grieta,
los jueces la condenan.
Indelebles estrías forman cicatrices
y pertenecen a un grupo de congéneres actrices.
¿Acaso estará bailando?
"El encuentro"
León era un chico joven, de pocos estudios y familia precaria. Sin embargo, nada de esto podría definirlo mejor como el apasionado y enamoradizo chico que luchaba por conquistar a Julieta. Una sencilla Julieta de blanca y suave piel, pequeña estatura, acompañada de unas tiernas curvas, alimentaban el amor que tenía León.
Por su parte, ella disfruta de amores pasajeros, algunos fugaces y otros más duraderos, pero pocas veces se la va a encontrar sola.
Julieta sabía de León, lo conocía. Sabía de la dedicación, la pasión y el tiempo que le llevaba aprender qué decir y hacer para poder seducirla. Una transparente obsesión corría tras el joven, y ella se mostraba indiferente.
Un hermoso retrato a mano iba cobrando vida cada vez que León volvía del colegio. Se sentaba en el patio, sus dedos entrelazaban un pequeño lápiz y calcaban esos recuerdos e imágenes que tenía de ella, sabiendo que muy difícilmente iba a poder disfrutar por lo menos una tarde juntos.
¡Leo! - grita la mamá
¡A tomar la leche!
Con la exaltada corrida hacia la mesa, el fino y arrugado papel cae lentamente en el césped, dejando a la vista ese sacrificado dibujo de una pelota de fútbol, su inigualable Julieta.
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